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Gestión de cobranza en plena crisis: La maratónica labor para recuperar facturas morosas
La palabra “cobranza” no tiene buena fama, y por lo general pensar en este servicio es imaginar la presión de una agente sobre un cliente que no tiene dinero para poder pagar sus compromisos. Una imagen añeja de este servicio, que hoy es mucho más moderno y sobre todo imprescindible para las empresas, en plena crisis económica.
Lograr el pago de las facturas morosas es una gran tarea, y el puente en este trabajo está creado por la empatía entre el cobrador y el cliente, porque la premisa es “el que paga, es porque no puede, no porque no quiere”.
Así lo explica Alberto Gerszencvich, gerente general y fundador de la empresa de cobranza Remesa (www.remesa.cl), quien detalla cómo funciona este servicio, que hoy está ayudando a salvar empresas y principalmente a no cortar la cadena de pago, fundamental en momento de crisis.
“Una vez recibida la factura recién emitida o las anteriores y morosas, generamos una cuenta corriente, que se transforma en el primer vínculo para gestión con el cliente. Porque no hablamos de deudor, para nosotros es un cliente que no puede pagar. Hay que generar vías de comunicación, buscar mejores canales, aplicar empatía para con quien debe la factura. ¿Cómo solucionamos la morosidad? Con el intercambiando información, conociendo las contingencias, ver cómo se solucionan esas contingencias y buscar las dos puntas, entre los que deben y los que cobran. Entender, empatizar y buscar una solución. Todo este trabajo hace que tu empresa sea para el cliente la primera prioridad de pagos”, señala.
El trabajo es intenso, y si bien reconoce que implica la realización de más de 10 mil llamados al día, esto no significa que sus agentes se dediquen a acosar a las personas, por el contrario, lo que hacen es abrir canales de comunicación para conocer la situación que afecta al deudor, conciliar y buscar una solución.
Un trabajo además que tiene a todos sus colaboradores ejerciendo sin dificultad su labor en modalidad teletrabajo y sin bajar la productividad, por el contrario están más activos que nunca.
“Damos una solución integral al cliente y una salida para quien tiene una factura morosa. Hay un nivel mayor de empatía y de aceptar condiciones distintas de pago a las que estábamos acostumbrados, y no romper la cadena de pago. El mayor daño que tú puedes generar hoy, es cortar la cadena de pago. Buscamos mayor facilidad para que las personas paguen y la generación de 10 mil llamados diarios no es para acoso, hoy día un ejecutivo de demora en empatizar y buscar solución”, agrega el experto.
Externalizar este sistema además, trae dos ventajas: Permite que el proveedor no entre en conflicto con su cliente por estar cobrando sus facturas y a la vez libera al empresario para que se concentre en su labor principal, es decir vender sus productos o servicios y levantar su negocio, sin necesidad de preocuparse de la labor de cobranza…